Mejor con las manos ¿no?...

Desde hace bastante tiempo que amo la comida japonesa, la primera vez que la probé fue en una cena en casa de mi amigo Bobby Acon, dueño de los Salón Cantón. Reunidos en su casa, él mismo se dió a la tarea de preparar (paralelamente a las exquisiteces Cantonesas de costumbre) una gran variedad de exóticos manjares nipones pues acababa de llegar de un largo viaje de preparación e investigación por Perú como parte de su preparación como futuro Manager de las empresas de la familia.
Ese día, Bobby me ofreció probar esos trocitos de pescado crudo y enrolladitos de arroz frío (nada era tempura) y me indicó que para mejorar o aumentar su sabor podía remojarlos en soya y ponerle un poco de ese elemento verde con forma y textura de plastilina de primaria. Bien, así lo hice, literalmente remojé mi roll y lo metí a mi boca ansioso de entender esta nueva experiencia...  sí, ya sé que todos saben lo que les voy a contar a continuación, esa sensación indescriptible que produce el picante japones que hace excitar tu lagrimal llevándote al llanto extremo... como una magdalena pues y haciendo que tu nariz suelte líquidos extraños por ambos orificios sin aparente control; este hecho obviamente, y  como siempre me sucede, culminó con la risa de los presentes.
Mejor momento, pero no menos vergonzoso, lo viví hace más de 15 años en Sao Paolo (uno de los lugares de este lado del mundo con más japoneses fuera de su país de origen), cuando ya considerándome amante del Sushi, decidí escaparme de la oficina y degustar un buen plato de estos suculentos platillos. Para ese momento ya medio manejaba los O-hashi (torpemente o con ligas, pero los usaba) y dije ¿que puede salir mal?... pero Oh sorpresa, entrando en el restaurant me conseguí con dos altos gerentes de la agencia donde trabajaba que me invitaron amablemente a su mesa, pidiendo inmediatamente y sin preguntar nada más y nada menos que un trio de Temakis de Anguila, cosa que nunca me habian presentado aqui en mi Venezuela. Yo moría de hambre, ellos conversaban y conversaban mientras en mi mente solo pasaba la manera de meterle mano a ese arroz embarquillado con mis O-hashi  pensando que por su peso podrían caerse y yo quedar mal, hasta que uno de ellos, viendo mi rostro desencajadado y concentrado en el cono, sonrió y me dijo en su portuñol "mejor con las manos ¿no?" y zassss comenzó a comerlo, siguiendo yo detrás de él con toda mi furia...!!
Ese fue mi primer encuentro con los Temakis o Hand Rolls, que ahora devoro en Venezuela constantemente en una nueva franquicia que se llama Conos Temakeria (conos.com.ve y/o @conostemakeria) una opción agradable y maravillosa ubicada en Los Palos Grandes y otro en Las Mercedes. Los precios son super competitivos y todo muy fresco, entradas bien trabajadas y una atención de primera, aquí unas foticos de mi último almuerzo con Lara, ojalá les gusten.
PD: Usen las manos.. jajajaja.

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